DISFRUTANDO EN EL LAGO INLE

Cuando viajamos, intentamos buscar esos momentos inolvidables que siempre recordaremos.

Era la segunda visita que hacíamos al lago Inle, el primer día nos habíamos quedado con un sabor agridulce. Y decidimos hacer la excursión al lago de otra manera, aunque sin grandes expectativas. Gracias a Tiago fotógrafo brasileño que conocimos en el Hostel y a su amigo mejicano Erick pudimos alquilar una barca entre los cuatro durante todo el día a buen precio.

Madrugamos para ver amanecer y aunque con frió y con una barca en la que se colaba agua del lago, disfrutamos de un amanecer casi en soledad. La mayor parte de los viajes organizados empiezan después del amanecer.

Amanecer Lago Inle

Y si, vimos pescadores de los dos tipos los que pescan de verdad y no posan y los que actúan. Respetamos a los que se dedican a posar para los turistas. Pero pensamos que no es sostenible, va en contra de su futuro y con el turismo no siempre puedes contar, como hemos podido comprobar con la COVID-19.

Pescando en el Lago Inle.

Un rato después, llegamos a uno de los momentos que más hemos disfrutado, uno de los mercados itinerantes que puedes encontrar en el lago, pero que cada cinco días cambia de lugar y que no es fácil que coincida en tu viaje.

Una mezcla de olores, sabores, personas, etnias y de amabilidad que nos hizo disfrutar sin prisa de unas horas increíbles. Lo vimos todo, lo probamos casi todo. Siempre quedara en nuestro recuerdo.